Pronto una nueva edición de El Perdón y Jesús, primer libro de Ken Wapnick, donde ya demuestra que su entendimiento de Un curso de milagros es inspiración directa y que la comprensión de su metafísica y de sus implicaciones vivenciales, no está sujeta a la aparente evolución en el tiempo.
La primera edición en inglés de El Perdón y Jesús fue en 1983, Ken Wapnick desarrolla las ideas fundamentales de igual modo que lo hace en sus obras posteriores. Con una visión y comprensión absoluta, no en vano fue el editor de Un curso de milagros. En El Perdón y Jesús explica hechos significativos de su vida que, finalmente le llevaron a dedicarse por completo al Curso; estos sucesos nos revelan su carácter, su gran inquietud espiritual y el deseo de ayudar a los demás; esto sin olvidar que todos estamos en verdad unidos a pesar de las apariencias perceptibles.
Cuando comparamos esta obra temprana con su obra más reciente, se observa que el núcleo donde se sustentan las principales ideas del Curso permanece intacto. Por tanto se deduce que semejante consistencia no es de este mundo. Es asombroso constatar este hecho, sutil pero tremendamente certero, que es la característica del milagro, la intervención vertical en el plano horizontal donde creemos vivir.
En Wapnick era palpable que Jesús andaba a su lado y que le susurraba amorosamente al oído, pues Ken se dirigía a todos de la misma forma en que Jesús se dirigía a él. Te hacia sentir nada especial pues para Jesús todos somos igualmente especiales. Es decir, te sentías amado a través de un hermano mayor con el mismo amor que el Padre profesa a sus Hijos. Los que conocimos a Ken nos sentíamos, envueltos de forma natural en un campo de energía que abrazaba a todos y, podíamos discernir con claridad que hacer con ello utilizarlo para la separación o para el reconocimiento de la inherente unión. El amor de Dios te libera lo que nos aprisiona es la utilización de este amor para nuestros propios “intereses” —lo que creemos que conviene al individuo ególatra—.
Kenneth es un recordatorio constante de que la voluntad del padre y la “nuestra” son una y de que la separación como el Curso dice es una decisión que tomamos segundo a segundo en la mente. Por lo tanto, podemos decidir de continuo en favor del reconocimiento de la luz o del sueño de la oscuridad.
Semejante discernimiento que facilitaba la presencia de Kenneth se transmite también en sus obras escritas en sus conferencias y en su proceder habitual, enseñaba verdaderamente tal como enseñó Jesús, con el ejemplo y como Jon Mundy dijo: mi guía ante cualquier situación que la vida me plantea es hacer estas preguntas… decir: ¿qué haría Jesús aquí?, o ¿qué pensaría Jesús de esta situación que yo no estoy pensando? ahora lo puedo sustituir por: ¿qué pensaría Ken de esta situación que yo no estoy pensando? y recibo la misma respuesta de Paz. Y atención esto no es idolatría es reconocimiento de la igualdad de todos ante Dios, es reconocimiento de nuestro poder frente a la fuerza, es el reconocimiento de que la emancipación de la prisión del mundo esta tan cerca como el siguiente pensamiento…
—Félix Lascas