Sacerdotisa
Otra experiencia que describo en el libro lo explica muy bien. Es algo que ocurrió unas pocas veces, cuatro o cinco en los años que la conocí. Ella entraba en un espacio de quietud y se «apagaba», no de la forma en que lo hacía para escribir un mensaje, o para recibir algo específico de Jesús.
(Ver orden de publicación del taller)
Simplemente se «apagaba», su rostro estaba sin vida, no estaba muerta, sino sin vida, y en esas circunstancias su voz era diferente, era la suya, pero parecía otra voz. Y cuando regresaba me decía que esa experiencia estaba mucho más allá de Jesús, más allá de las palabras, es decir que estaba más allá de lo específico. Era un ejemplo de lo que el Curso lama «gracia», que es lo más cercano que podemos llegar dentro del sueño, a una experiencia del Amor de Dios. Pero no había palabras, y su rostro estaba sin ninguna expresión definida, —era muy notable—. Ella decía que la experiencia estaba más allá de las palabras, más allá de Jesús. Esa era la verdadera Helen, el aspecto de la «sacerdotisa», otra encarnación, la persona que apenas está aquí y está tan libre de ego como se puede estar aquí en el mundo. Esa era la Helen esencial, la verdadera y, esa Helen no puede tomar dictado de Un curso de milagros. Muchos menos preguntar dónde ir de compras, porque cuando uno está en ese espacio no hay cosas específicas. En realidad lo que hacía era «bajar la frecuencia» lo suficiente para ser Helen escuchando a Jesús, y de esta manera se produjo este libro. Pero en el espacio que os relato, ella estaba más allá de todo esto, pero esa era la verdadera Helen, la fuente de quien ella era.