-Preguntas y respuestas- (5)
(Interviene otra participante)
P: Tengo el hábito de pedir ayuda para mantener mi paz: «Jesús, hermano mío, ayúdame a ver esto de otra manera». Y a veces me parece que no pasa nada pero en general noto que en un rato me sobreviene cierta paz. Y cuando este caballero hablaba de su experiencia de ver saltar a otro del puente, me pregunté: ¿Si no reacciono ante esto, o a algo parecido, cómo sé que no estoy en negación?
(Ver orden de publicación del taller)
R: Esa es una buena pregunta y no tiene una respuesta fácil. En algunos momentos, como todos Uds. saben, el ego puede sonar muy santo y espiritual. Pero como regla básica yo usaría esto: en una situación que afectaría a las personas en general y a mí no me altera, lo más probable es que esté en negación. Empezaría con esa premisa, sin duda, es la mejor para empezar. Este Curso da tanto miedo en términos de lo que en realidad nos está enseñando, ¡que hacemos cualquier cosa con tal de no mirar al ego! A menos que pienses que estás tan avanzado espiritualmente, y tan adelantado que sabes que este mundo es una ilusión. Si lo sabes, cuándo te despiertas por la mañana, te miras en el espejo del baño y ves que lo que estás mirando no es nada ni nadie. Si de verdad lo sabes, entonces lo más probable es que no te afecten las noticias y que tú calma ante lo que pasa en la calle sea legítima: este mundo no existe, todo es una ilusión y tú no estás aquí y yo no estoy aquí. Pero si piensas que eres una persona y un cuerpo, las probabilidades son que estés en negación. Debemos ser prudentes cuando creemos que escuchamos la voz del Espíritu Santo cuando sólo es el eco del ego que puede sonar tan espiritual.
P: A veces ante hechos como las torres gemelas no me impresioné y me dije: no me sorprende, bla, bla. Allí estaría en negación.
R: No quiero decir que tengas que forzarte a sentirte impresionado por algo. Siempre hay lecciones pero no tienes que aprenderlas con todo el mundo. No tienes que ir muy lejos para tus lecciones y no tienes que practicar con cada hecho. Pero, de nuevo, si tu mente estuviese realmente sanada no te verías afectado por nada ni por nadie, y si te ves afectado por algo o alguien, eso impregna todo, sin embargo, no tienes que vértelas con todo.