-Preguntas y respuestas- (4)
(Interviene otra participante)
P: ¿Existe una fina línea entre la indiferencia y la paz de Dios en la mente recta? Si Jesús hubiese estado en el auto con él, ¿Jesús le hubiera dicho: No mires este accidente porque te va a perturbar?
(Ver orden de publicación del taller)
R: No, probablemente no. Él hubiera querido que miraras el accidente, te perturbe o no, porque de esa manera te puede enseñar. Jesús tiene ideas raras. (Risas)
P: Otro ejemplo. No quiero decir no involucrarnos porque el no hacerlo es nuestra misión aquí. Pero hace algunos años en Nueva York, la gente estaba mirando en una esquina mientras alguien estaba siendo golpeado y nadie intervenía. En nuestra mente recta, con Jesús, ¿Cuál sería la percepción que usted tendría siendo testigo de una escena así? ¿Jesús se pondría de arbitro, o nos daría una patada en el trasero para meternos en el asunto?
R: Jesús no haría nada de eso. De ningun modo nos diría que intervengamos o que no lo hicieramos. Lo que diría es: haz lo que sea más amoroso para todos, en este caso la víctima y el victimario. Pero no puedes saber qué sería eso mientras estés enojado, culpable, temeroso, ansioso, o lo que sea. De modo que la indiferencia a la que se refiere el Curso no es esa clase de indiferencia. Es indiferencia hacia el ego. Porque podría muy bien ser que estando en tu mente recta, saltes a la escena e impidas que continue lo que se está haciendo, sin ningún deseo de castigar o herir, sino para detener algo con lo que las personas se sentirían culpables, que la víctima se sentiría mal al respecto y notar que con lo que se hace puede ayudar. Es como cuando eres padre de un niño pequeño, no lo dejas hacer todo lo que quiere, le pones límites: no lo dejas jugar en medio de una calle con tránsito, o con unas tijeras, con fuego o al lado de un precipicio, etc., e intervienes porque ésa es la acción amorosa que corresponde. Así que la acción amorosa que hay que hacer nunca es a nivel de la forma. La acción amorosa es la extensión del pensamiento que está libre del ego.
Cuando naces en una gran ciudad como yo, que nací en Nueva York, tienes cantidad de esos ejemplos. Lo mismo se ve en televisión. Pero no hay bueno ni malo en el comportamiento. Se dice que nada está bien ni mal, es el pensamiento lo que lo transforma en uno u en otro. Éste no es un problema de comportamiento. Éste no es un Curso en como comportarse, sólo se apuntan ciertas líneas generales al respecto, sino que se trata de tener una guía mental: si elegimos el ego no seremos felices, si elegimos al Espíritu Santo lo seremos.
Entonces, la idea es sacar al ego de en medio lo más rápido posible y luego hacer lo que parezca más amoroso. Y cuando el ego ha salido, lo que sea que hagas o no hagas será útil a todos.