Encuentro en la nada, siendo todo al mismo tiempo

¿Qué sería de la vida, sin una vida aparentemente propia? Tiempo.

Todo se me muestra, en el tiempo, tal y como debe ser. Imposible ver otra cosa que no sea real para mí. Lo creado por mi mente. Acto del pensar. Separado. Encuentro.

Se inicia un encuentro organizado. Somos tres. Lugar y hora acordados previamente. Se trata de una de esas reuniones que sin pretenderlo públicamente, se convierten en una actividad en la agenda que gusta reservar. Sensación personal no contrastada en palabras, aunque estoy seguro que sí porque el hecho se produce. Encuentro.

No hay protocolo. No es necesario. Nos conocemos. Es como un respirar donde el aire no se percibe como necesario, pues el ambiente, incluso antes de entrar al local, el ambiente se entrega al acto en sí, como ese adorno mágico que uno pone en el sitio más visible para que el otro lo vea; pero que no se note, demasiado. Y el aire se respira solo, como uno más en el todo de la escena. No se ve. Solo se siente. Importante detalle, éste.

Reconociéndome. Encuentro.

El saludo, una amplia sonrisa que trata de ir más allá del lugar físico que cada uno ocupa. Es como querer abrazar algo manteniendo la distancia que nos separa, deseando que desaparezca, o más bien creerse en el tiempo pasado, que esa distancia jamás existió, pues ahora veo que carece de sentido. Momentos.

Sentados los tres cuerpos y sus respectivas mentes, observo desde mi posición eso que percibo y nada ha cambiado. Todo es igual al anterior encuentro. Paz. Percepción, proyección; pero Paz. Y al otro lado, igual, la misma cosa. Paz. Preveo un encuentro Feliz. ¿Coincidencias? En los tres se da la circunstancia de que nuestros nombres propios finalizan en “el”: Isabel, Miguel y Rafael. No se si, de entrada, quiere decir algo esto del “el”. Sonrío.

T-31.V.16:1,2 Son muchos los conceptos de ti mismo que forjarás según progreses en tu aprendizaje. Cada uno producirá cambios que se verán reflejados en tus relaciones, conforme la percepción que tienes de ti
mismo vaya cambiando.

Y en la ilusión de lo que no es, uno se creer mover. Pájaro que vuela.

Ni un atisbo de eso que el ego suministra constantemente. No lo advierto. Todo parece tan real. ¿Es éste el mundo que Dios me ofreció y del que yo creí separarme? Sin sentido. Desde un lugar privilegiado de pura observación. No hay pregunta que no sea aceptada. Respuesta que no sea dada. Aportación que trata de ver-se a si misma como parte del todo. Conjunto. Tal vez el ser-humano busca el Cielo tan lejos del lugar en el que está, que se pierde en su propia búsqueda. El Cielo y el Hijo de Dios son la misma cosa. Reconocimiento.

Tiramos las cartas en forma de pensamientos llevados a la realidad por las experiencias vividas en el tiempo, que en realidad, son parte del sueño de cada uno en su proceso de aprendizaje y evolución individual. Tal vez se trata de aportar luz a la Luz, aunque en verdad esto para la Mente no es necesario; pero seguro que lo agradece. Divinamente.

Y entre cuento y cuento nos contamos nuestros sueños a través de sensaciones capturadas como una imagen en 3D, sonido incluido. Lo que creí que pasó, como lo viví y si lo ha habido, el desenlace de esa historia, surgida tal vez, no siempre, de un hecho concreto y no Visto. A veces falta el hecho en el propio sueño; pero la hábil mente lo construye para que sigas, no vaya a ser que te des cuenta de quién en verdad eres. Abandono.

T-18.I.4,1:3 Tú que crees que Dios es miedo tan sólo llevaste a cabo una substitución. Ésta ha adoptado
muchas formas porque fue la substitución de la verdad por la ilusión; la de la plenitud por la
fragmentación. Dicha substitución a su vez ha sido tan desmenuzada y subdividida, y dividida de
nuevo una y otra vez, que ahora resulta casi imposible percibir que una vez fue una sola y que
todavía sigue siendo lo que siempre fue.

Eso que ves es tu propio reflejo.

Y excelentes personas, compañeros, amigos, relaciones, personajes, al uso. Y excelente trato del personal del restaurant. Excelente lugar, ambiente, comida y bebida, postres, café … y parece que van llegando las navidades. Programación de fiestas. De actividades. De viajes en la mente que se cree que irá o dejará de ir de un lugar a otro, utilizando vehículos que facilitan el movimiento en el tiempo y el espacio. Y es un no estar en donde estoy. Instante. 

En el exterior, abrazo amable. Pensamiento de hasta la próxima, ya fijada en el final de la fría estación del año. Una eternidad, que no Eternidad. Luces de colores, por la época. Todavía no encendidas por lo del ahorro energético. Ejemplo de austeridad. De no gastar para poder repartir. Mirada.

T-18.I.4,4:6 Ese único error, que llevó a la verdad a la ilusión, a lo infinito a lo temporal, y a la vida a la muerte, fue el único que jamás cometiste. Todo tu mundo se basa en él. Todo lo que ves lo refleja, y todas las relaciones especiales que jamás entablaste proceden de él.

Mirada al horizonte, sin objetivo alguno.

La Luz que más brilla no está colgada en los árboles ornamentados si uno decide no verla. La Luz que más brilla no está en el personaje que veo frente a mi, si no decido poder ver-Lo en la Mente que lo contiene. Así como que la Luz que más brilla, la mía en la extensión de Él, tal vez si decido negarla, tampoco la vea. ¿Se trata entonces de permitirme dejar de ser y permitirme Ser, a Ver qué pasa? Experiencias en el sueño.

Bendiciones,

Rafael Carvajal

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