No sé
Una posible explicación a la idea de la separación
¿Qué posible explicación satisfactoria se puede dar a algo?… que el Curso manifiesta como, —lo imposible no ha ocurrido—, ninguna, y menos con palabras que son un sucedáneo de la auténtica comunicación. Trataremos de adentrarnos en una idea que esperamos se transforme en experiencia de un estado inmemorial. Viajaremos equipados con actitud neutral y con la certeza de que solo se puede empezar a aprender si asumes que no sabes, pues mientras creas que sabes es imposible aprender nada.
Prepárate para el viaje con No sé
Este es un buen comienzo, pues cuando sabes no puedes aprender porque no hay sitio para un nuevo conocimiento e indefectiblemente lo que haces es juzgar, sesgando todo aquello que no está de acuerdo con tus creencias, que ocupan un lugar predominantemente defensivo. Estas creencias tratan con ahínco de salvaguardar la ignorancia, a la que, desde el punto de vista del Curso, se podría definir conceptualmente como ser un cuerpo autónomo separado de todos y de Dios. Atrévete a cuestionar «la seguridad» de este concepto y expande tus horizontes.
Revisamos una vez más la importancia de la idea de No sé, y así podremos adentrarnos en el conocimiento. Si ya sabes cómo son las cosas, ya sabes cómo van a desarrollarse, sabes lo que vendrá, y que te tienes que preparar tanto para lo bueno como para lo malo. Así, cualquier posibilidad de cambio requiere de tu parte un análisis de los pros y las contras y, te dices: si ocurre esto, lo que pasará será esto otro; y si pasa esto otro, la consecuencia será aquello; y si aquello no pasa, lo que ocurrirá será lo otro. Como tú ya sabes lo que pasará (o eso parece), crees poder determinar tu futuro, pero siempre subyace ahí una sensación de insatisfacción a pesar del aparente control de tus previsiones. Y esto sucede porque ese control es una manera de especular con ilusiones que te sustraen del único momento que existe: el ahora. Si no se está en el ahora, algo no funciona del todo bien.
La serena tranquilidad de lo siempre conocido (El Cielo)
Nos adentramos ligeros y libres de conceptos restrictivos en un viaje de redescubrimiento, el recuerdo de quien eres, en el que el único equipaje es la idea de No sé. Ahora te sumergirás en la mente, y se te transportará fuera del tiempo a un estado inmemorial que no has olvidado del todo, a una dimensión absoluta que no se puede describir con ningún lenguaje, más allá de la forma, símbolo o concepto. En la memoria emerge la serena tranquilidad de lo siempre conocido, del estado del Cielo, la divina abstracción, lo sagrado en ti, la extensión universal propia y común, la comunión con el Creador, lo verdaderamente familiar. En este estado de santidad, la memoria nos recuerda el origen, pero no como algo que pasó al principio del tiempo. Lo sagrado otorga la certeza de que el tiempo nunca ha ocurrido y ahora contemplas la ilusión, sonríes y la descartas como lo que nunca fue. Te embarga una prístina quietud de dicha constante, cuya magnificencia y resplandor están más allá de la comprensión y de pronto te das cuenta de que nunca abandonaste este estado que ahora empiezas a recordar.
Escucha… tal vez puedas captar un leve atisbo de un estado inmemorial…
(T-21.I.6; 8:1–9:3).