La metafísica del Curso, El Hijo (RE-10a)

Hijo e hijo: (Hijo de Dios= idea en la Realidad=Unicidad); hijo del hombre (cuerpos en el mundo=separación del Padre y del todo)

El origen de la culpa

Para comprender el origen de la culpa debemos remitirnos a la metafísica del Curso. Esto revelará la verdadera fuente del conflicto que nosotros, como seres físico-psicológicos, creemos experimentar en el mundo fenoménico manifestado.

La culpa se origina con el pecado, que es una falta de amor, sin entidad propia, de igual modo que la oscuridad es la ausencia de luz. Es la condición después de la separación, la creencia de que podemos separarnos del Creador, fuente de todo ser o vida, el Padre.

El pecado original en el Curso es olvidarse de reir de una idea sin sentido

La versión del Curso a la interpretación judeocristiana del pecado original es la que se ofrece a continuación a modo de metáfora. Este no es un relato secuencial, pues es antes de la fabricación del tiempo y del espacio. Digamos que ocurre en un estado de mente abstracta: El Hijo, en perfecta unidad con el Padre, contempla una idea, que el Curso denomina «la pequeña alocada idea», se olvida de reír de esta y parece como si lo imposible hubiese ocurrido. Una parte de Dios, el Hijo, perfecto e indivisible, se separa de la Fuente y se hace externo al Todo, se duerme, y entonces sueña.

El pensamiento de separación da la existencia al ego

Cuando el pensamiento de separación entra en la mente del Hijo de Dios, surge el ego o falso yo, que está en completa oposición al Ser que Dios creó. El ego es la creencia de un ser separado y protege su sueño proyectando el pensamiento original de separación, del cual surge el mundo en todas sus dimensiones.

Separación del Hijo conlleva la proyección

El único error es la creencia en la separación. Para proteger el error surge la proyección y, de ahí, el mundo. Recordemos que es un proceso no lineal, lo que significa que no ocurrió en el pasado pero sí parece que está ocurriendo en el sueño. Este proceso lo refleja una mente separada, que en la Realidad no existe.

Por lo tanto, una vez que la «pequeña y alocada idea» pareció surgir, se divide y subdivide, y la conciencia se olvida de los niveles que la precedieron. El Curso nos dice:

Tú que crees que Dios es miedo, tan sólo llevaste a cabo una substitución. Ésta ha adoptado muchas formas porque fue la substitución de la verdad por la ilusión; la de la plenitud por la fragmentación. Dicha substitución a su vez ha sido tan desmenuzada y subdividida, y dividida de nuevo una y otra vez, que ahora resulta casi imposible percibir que una vez fue una sola y que todavía sigue siendo lo que siempre fue.

(T-18.I.4:1-3)

El mundo es un único pensamiento ilusorio

Por lo tanto lo que siempre fue es. A pesar del número infinito de fragmentos que constituye el universo físico, «la pequeña alocada idea», consistente en substituir el Amor unificador de Dios por el miedo separador del ego, es la causa de la fragmentación del universo. No obstante ahora debemos recordar la lógica de esta idea fundamental del Curso, las ideas no abandonan su fuente para entender mejor cómo y por qué el universo físico es ilusorio. El único pensamiento ilusorio presente en la mente es la idea de la separación, y por tanto el mundo es un único pensamiento ilusorio y no existe.

El mundo no existe porque es un pensamiento separado de Dios, concebido para separar al Padre del Hijo y aislar una parte de Dios Mismo, destruyendo de esta manera Su Plenitud.

(L-pI.132.13:1)

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