Transcender los niveles de conciencia de Dr. David R. Hawkins,
nuevo libro aparecerá en Mayo.
La adquisición es básicamente un instinto de supervivencia animal, que depende de “conseguir” una pareja, alimento, territorio, abrigo, dominancia y control.
La idea de que algo es “mío” denota una contextualización y un significado únicos, que son producto de la manera de pensar dualista del ego mediante la cual un “yo” separado está mágicamente vinculado (en la fantasía) con un “ello” o un “tú”, y por lo tanto con cierta cualidad, posesión o persona.
Darse cuenta de que el “valor” es algo superpuesto, que depende del significado abstracto y de lo que una cosa o atributo simboliza, facilita la renuncia al apego.
El orgullo suele depender de la imagen social y de sus expresiones por medio de posesiones, publicidad, títulos, riqueza, etc. El estatus social y sus símbolos motivan las subculturas, que tienen sus propios indicadores del éxito. Estos pueden incluir todo tipo de cosas, desde la forma de hablar y de vestirse hasta “a quién conocemos”, así como la dirección del domicilio, el tamaño de la casa y del automóvil, y otros signos de riqueza.
Cada subcultura tiene su propia filosofía no escrita e intrínseca, entrelazada con ciertas actitudes y sistemas de creencias, que expresan una orientación hacia sus presuntos valores, objetivos y rango de opciones. Estos se contextualizan y expresan como un nivel de conciencia evolutivo y calibrado cuyo campo general está dominado por un campo atractor de energía invisible pero intensa que arrastra y domina a la conciencia individual. La presencia del campo se intuye y reconoce por señales sutiles. Estas se expresan como actitudes conductuales, emocionales y psicológicas que acaban convirtiéndose en un léxico visible y articulado que a su vez genera presunciones y expectativas. Así, las actitudes son expresiones visibles y taquigráficas de niveles de conciencia específicos.