Las ideas…
Comprender en profundidad estas dos ideas hace que podamos discernir la cordura de la locura. Para ello, leeremos, del libro de ejercicios, las partes 167, 132 y 169, algo de los capítulos 26, 6 y 29 y el ejemplo del sol, la ola y el río. Empezaremos con «Las ideas no abandonan su fuente».
El curso nos dice:
Dios dispone que aprendas lo que siempre ha sido verdad: que Él te creó como parte sí mismo y que esto no puede sino seguir siendo verdad porque las ideas no abandonan su fuente.
(T-26.VII.13:2)
El énfasis que este curso ha puesto en esta idea se debe al papel central
que ocupa en nuestros intentos de que cambies de parecer con respecto a ti mismo.
Es la razón de que puedes curar. Es la causa de la curación.
Es la razón de que no puedes morir.
Su veracidad te estableció como uno con Dios.
(L-pI.167.3:7-11)
Dios creó a Sus Hijos extendiendo Su Pensamiento y conservando las
extensiones de Su Pensamiento en Su Mente. Todos Sus Pensamientos
están, por lo tanto, perfectamente unidos dentro de sí mismos y entre sí.
(T-6.II.8:1-2)
Cristo es el Hijo de Dios tal como Él Lo creó… Es el Pensamiento que
todavía mora en la Mente que es Su Fuente. No ha abandonado Su santo
hogar ni ha perdido la inocencia en la que fue creado. Mora inmutable
para siempre en la Mente de Dios. (L-pII.6.1:1,3-5)
La Unidad de las ideas
La indivisa unidad de Dios y Cristo, y de Cristo y Sus creaciones, constituye el estado de Cielo. Como ejemplo tomamos la imagen del sol y sus rayos, Dios es el sol, y Cristo y Sus creaciones son los rayos que emanan del sol. Los rayos que son extensiones del sol no están separados de su fuente, del mismo modo que una ola en el océano no puede entenderse ni conocerse separadamente del agua, que es su fuente, o al igual que el agua del río proviene de su fuente en su nacimiento, en el curso medio o en la desembocadura. Independientemente si al principio era pura y al final está teñida por el barro o la polución, en esencia es la misma agua y proviene de su fuente. Veamos el pasaje del Curso que plasma esta idea:
Dios comparte Su Paternidad contigo, que eres Su Hijo, pues Él no hace
distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. Lo que Él
crea no está separado de Él, y no hay lugar alguno en que el Padre acabe
y el Hijo comience como algo separado.
(L-pI.132.12:3).
Este importante pensamiento
Sintetizando este importante pensamiento, las ideas no abandonan su fuente. Podemos afirmar, según Ken Wapnick, que Dios es Padre y Fuente, Creador y Primera Causa, y que Cristo, Su Hijo, es el creado y el Efecto. Están unidos como Uno, unificados en el perfecto Amor y en la paz del Cielo.
Y se expresa en estos hermosos pasajes del Curso.
Hay un lugar en ti donde el tiempo ha desaparecido y donde se oyen ecos de la eternidad. Hay un lugar de descanso donde el silencio es tan absoluto que no se oye ningún sonido, excepto un himno que se eleva hasta el Cielo para brindar júbilo a Dios el Padre y al Hijo. Allí donde Ambos moran, allí Ambos son recordados. Y allí donde Ambos están, allí se encuentran el Cielo y la paz.
(T-29.V.1:2-5).
La unidad es simplemente la idea de que Dios es. Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. Ninguna mente contiene nada que no sea Él. Decimos “Dios es”, y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. Se ha unido a su Fuente, y al igual que ella, simplemente es.
(L-pI.169.5).
Próximo lunes a las 9:00 se publicará «el principio del uno o el otro» esta atento al Club Mostaza para seguir estas enseñanzas.
Félix Lascas