HABLAMOS CON EL PROFESOR ANTONIO PIÑERO (1ª parte)

Una interesante visión histórica de Jesús de la mano del profesor Piñero, que publicaremos en dos partes debido a su extensión. Entrevistado por Roberto Carlos Miras.

ANTONIO PIÑERO (PERFIL)

(Chipiona, 1941) Además de haber escrito, Guía para entender el Nuevo Testamento en la editorial Trotta, también ha traducido, “Jesús, símbolo de Dios” de Roger Haight. Aun así, Antonio Piñero viene desarrollando una labor de divulgación y de estudio desde hace muchos años. Catedrático de Filología Griega, especialidad en Lengua y Literatura del cristianismo primitivo en la Universidad Complutense de Madrid, ha enseñado lengua copta en esta Universidad en la sección de Filología Bíblica Trilingüe. Siendo editor y coautor de la serie de “Apócrifos del Antiguo Testamento” y ha publicado en la editorial Edaf: “Los cristianos derrotados”, “Los Apocalipsis” y con otros autores: “La verdadera historia de la pasión”,o, “Jesús y las mujeres” (Aguilar) , libro que ha sido publicado recientemente por Trotta. Así como “Biblia y Helenismo” en la editorial el Almendro en donde ha sido el coordinador, entre otros trabajos.

¿Cuál es el motivo para que usted escriba esta Guía para entender el Nuevo Testamento?- Le preguntamos al profesor Antonio Piñero, “Llevo muchos años en la Universidad y tenía mucho interés en los Estudios Clásicos” ¿No hay mucha información? “Muchas personas creen que los textos están escritos en arameo o en otras lenguas del Medio Oriente y no es verdad. Me pareció estupendo, pues el Nuevo Testamento, forma parte de un marco cultural en el cual vivimos. Entonces decidí estudiar este campo” Respóndales a los lectores: ¿Hablamos de algo, un poco desconocido, no es así? “¡Es cierto!. En los estudios dirigidos más o menos por la Iglesia y en esas investigaciones de las que hablamos, es desconocido, pues la gente no se dedican a él”

P- El filosofo José Antonio Marina, ¿Por qué soy cristiano? (Editorial Anagrama) hablaba de una civilización cristiana, ¿seguimos viviendo en esa civilización?

R- Pienso que si. En Occidente desde luego, todo el mundo está regido por los conceptos, por las ideas, por las nociones y por los pensamientos cristianos y repito es independiente que uno crea o no. Ahora si visitamos ciertos países, aunque no seamos creyentes; estamos rodeados de una civilización musulmana y aquí nos pasa lo mismo.

P- ¿Y la Biblia?

R- Ocupa un puesto más o menos importante en nuestras vidas. En estos momentos, la Biblia se lee poco y me refiero a nuestra juventud, ahí estamos perdiendo un elemento cultural y eso da lugar a que ocupe un puesto menos importante. Aun así, esas personas también están determinadas por el cristianismo.

P- ¿El cristianismo va por un lado y el catolicismo va por otro?

R- Se puede discutir un poco eso. Si actualmente miramos el conjunto del cristianismo, el catolicismo ocupa una sola parte. Muchos estudiosos han examinado la cantidad de confesiones cristianas que hay en el mundo. Podemos hablar de unas quinientas confesiones cristianas. Los católicos por muy numerosos que sean: unos mil millones, ocupan una parte solo y nos quedan cuatrocientas noventa y nueve.

P- ¿Aun así forman parte de un grupo mayoritario?

R- ¡Es cierto! Si hablamos de la verdad de la historia, forman una especie de grupo mayoritario que está muy bien representado en los estudios del Nuevo Testamento. Cuando hablamos de catolicismo, esté sigue una línea muy tradicional, tiene diecinueve siglos y a pesar de todas las diferencias, es una unidad bastante compacta.

P- ¿Por qué hablamos de un Jesús de la Historia y un Cristo de la fe?

R- Yo precisaría un poco. Le llamaría Jesús Hombre y Cristo de la fe, por que Cristo ya es el Ungido, el Mesías y ahí sí que se implica la fe. Es muy difícil por una razón sencilla. Nosotros para acercarnos a ese Jesús Hombre o Cristo de la fe, sólo tenemos dos Evangelios.

P- Pero cuando hablamos de Evangelios, ¿a cuales nos referimos?

R- A los aceptados por la Iglesia, Mateo, Marcos, Lucas y Juan u otros posteriores que luego la Iglesia rechazo y que se llaman, los apócrifos. Pero sobre todo los aceptados por la Iglesia, pues, son los más antiguos y mire usted, en esos evangelios, Jesús Hombre y Cristo de la fe, están absolutamente mezclados y es dificilísimo separarlos.

P- ¿Llevamos toda una investigación moderna?

R- ¡Sí! Unos doscientos cincuenta años de investigación. Desde finales del siglo XVIII y todavía no nos ponemos de acuerdo, por ejemplo, ¿Qué es el Jesús de la Historia y el Jesús Hombre? Lo hacemos sólo en unos puntos, pero hay muchas divergencias. Los textos, las fuentes que nos iluminan son en ese aspecto confusos. Mezclan esas dos personalidades que ustedes me comentaban.

P- ¿Cuándo hablamos de la época de Jesús, también había unos cuantos Jesús más?

R- Eso si. Es verdad. Desde el nacimiento de Jesús hasta que los judíos se hartan de los romanos y arman una guerra impresionante en la que al final, perdieron contra Roma, en esos sesenta años, si miramos la historia de Flavio Josefo, vemos que, figuras mesiánicas que se parecen a la de Jesús hay unos siete u ocho, quizás diez y Jesús sería uno de ellos.

P- Usted dice que, Jesús de Nazaret no fue un personaje tan importante, ¿Existió Jesús de Nazaret?

R- Para los romanos de la época, para los griegos y para la gente normal de la época, Jesús pasó totalmente desapercibido de tal manera que hasta casi setenta años u ochenta años después de la vida del personaje no aparecen rastros de él.

P- ¿Hay una segunda parte?

R- ¡Desde luego! Y en esa segunda parte que usted menciona: si Jesús existió o no. En esta Guía, la inmensa mayoría de las investigaciones y hablamos de protestantes, católicos, ortodoxos o no ortodoxos, ateos o no ateos: están totalmente de acuerdo en que el personaje existió.

P- ¿Existen diferencias?

R- ¿Cómo se interpreta?, ¿cómo sabemos que existió? Realmente es muy difícil y plantea mil problemas. Explicar el cristianismo, si Jesús hubiera sido un invento y segundo: hay investigadores que están fuera del cristianismo, nos avisan de su existencia dedicándole una línea o dos líneas nada más.

P- ¿Al historiador le surgen una serie de problemas?

R- Nos llevamos los pelos a la cabeza, ¿cómo puede el historiador explicar, si existió o no? Sin la persona es muy difícil, y concretamente el rastro que ha dejado Jesús hasta hoy. Cuando hablamos del cristianismo, lo estamos haciendo revisando una serie de acontecimientos muy amplios y complicados de estudiar históricamente.

 

P- Jesús de Nazaret, ¿Ha sido el impulsor o el fundador?

R- He defendido que Jesús no es un cristiano; alguna persona puede decir: ¡que disparate! No creo que sea ningún disparate. Jesús es un judío y un judío que profundiza en su religión y que está completamente de acuerdo con ella, y no tiene ninguna intención de fundar ninguna nueva religión. Es un personaje de tal impacto que aquellos que le siguen cogen algunos de sus impulsos y una vez que piensan que ha resucitado; los seguidores, los discípulos, son los que crean el cristianismo.

P- ¿Entonces?

R- El cristianismo, como religión, aparece sólo una vez muerto el personaje que es Jesús. No se puede llamar, fundador del cristianismo, a un personaje que murió antes. Dio los impulsos para que luego los seguidores comenzaran a pensar, le dieran vueltas e interpretaran la figura de Jesús. Una vez que tienen esa idea fundamental, comienzan a construir una teología sobre ese Mesías.

P- ¿Con esa hipótesis de trabajo abría muchos fundadores?

R- Yo diría Jesús impulsor, fundador del cristianismo, sus discípulos. ¿Qué discípulos? Pues muchos; no hay un solo fundador del cristianismo, uno es San Pablo, otro es la línea que está detrás del Evangelio de San Mateo, otra es la que está detrás del Evangelio de Juan del cuarto grupo. Varios grupos que luego se juntan y forman el cristianismo.

P- ¿Cuándo comenzamos a hablar del cristianismo como una religión nueva?

R- No será una religión nueva hasta pasados unos ciento cincuenta años tras la muerte de Jesús. Cuando se dote a esa religión de unas Sagradas Escrituras propias, lo que hoy llamamos el Nuevo Testamento. Creo que eso ocurre en torno al ciento sesenta o ciento setenta o ciento ochenta y de ahí en adelante, pues el proceso de consolidación del Nuevo Testamento también duro, pues mucho tiempo.

P- ¿Ninguno de los evangelistas se ponen de acuerdo?

R- Desde el punto de vista de la crítica histórica es buenísimo que no se pongan de acuerdo. Si tuviéramos un solo texto aceptaríamos casi lo que dice un solo evangelio. Probablemente nos formaríamos una idea equivocada. O aplicaríamos una crítica- hablamos de un critica histórica. Al tener cuatro y ustedes ha contado sólo los que están considerados sagrados por la Iglesia; pero en total hay unos sesenta evangelios, contando los apócrifos y los canónicos; al menos que se conserven por el titulo.

P- ¿Tantas variaciones?

R- Para llegar al personaje histórico, sacamos una cosa que nos parece muy verosímil y la contrastamos con otra, y gracias a un jaleo de confusión, de tantos puntos de vista distintos, podemos con nuestra razón indagar que hay detrás. Nos formamos así una imagen del Jesús de la Historia. Así que menos mal que tenemos ese jaleo.

 

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