El abuso, ser firme desde la paz

El abuso, sus aspectos

El abuso es un tema importante en nuestras conductas, el Dr. Wapnick, nos habla de los aspectos del mismo que pueden variar en forma pero no en contenido: abuso de autoridad cuando algo o alguien se excede en el ejercicio de sus atribuciones. Abuso de confianza cuando se engaña o perjudica, a alguien que por inexperiencia, afecto o descuido, le ha dado crédito. Se pueden enumerar distintas clases de abusos, por ejemplo el abuso de posición, de superioridad, de derecho o incluso el abuso sexual consistente en la realización de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona. Todos ellos tienen en común la falta de amor hacia los demás.

Kenneth Wapnick nos menciona tanto los abusos individuales como los colectivos, y también nos dice cuando nos experimentamos a nosotros mismos como abusadores (verdugos) en lugar de abusados (víctimas). Es un tema difícil de evitar y indica que podemos lidiar con el desde el punto de vista del estudiante del Curso.

No permanezcamos aguantando una situación abusiva

Empieza por revisar cómo experimentamos el abuso siendo las aparentes víctimas del mismo. Y nos aclara que Un curso de milagros no nos dice que permanezcamos aguantando una situación abusiva. Debido a sus largos años de experiencia tratando con estudiantes del Curso —el Dr. Wapnick— se ha encontrado con la peculiar situación de personas que le dijeron: —“elegí permanecer en mi relación matrimonial, que aunque era abusiva, tanto física como psicológica la considere como mi clase de enseñanza particular que Jesús o el Espíritu Santo deseaban que yo aprendiese puesto que yo la elegí”—. Este tipo de interpretaciones se apartan completamente de las enseñanzas que el Curso postula, nos dice Ken.

Esto no es lo que nos enseña Un curso de milagros, enfatiza Ken y Jesús nunca te diría que permanecieras en una relación abusiva. Lo que sí te diría es que tanto si estás o te alejas de la situación de abuso… lo hagas sin culpabilidad ni enfado (odio).

El Dr. Wapnick nos menciona una linea en el Curso referente a la creación del Espíritu Santo por Dios, este fue creado para poner un límite a nuestra capacidad de crear falsamente (fabricar).

No puedes desvincularte completamente de tu Creador

Puedes aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dilaciones, pero no puedes desvincularte completamente de tu Creador, Quien fija los límites de tu capacidad para crear falsamente. T.2.III.3:3

El concepto de esta frase, explica Ken, es que todos tenemos una mente correcta y este sistema de pensamiento nos proporciona un límite a la capacidad de crear falsamente. No somos solo egos —dice Ken—, podemos tomar ese principio y aplicarlo a la vida cotidiana donde con frecuencia nos servirá. Nos será útil tanto desde el punto de vista espiritual como desde el punto de vista del sentido común, no solo lo haces para evitar que alguien salga lastimado, sino también para poner limites al que tiene la capacidad de “crear falsamente”. Esto significa que estás poniendo freno a una conducta, bien sea verbal o física, que lo único que produce es más culpabilidad. Alguien que abusa se siente consigo mismo culpable y si continua con esa actitud refuerza su culpabilidad por lo tanto su malestar. A menudo, detener al abusador es algo realmente útil y de gran ayuda para ambos, no solo para ti u otros, que se encuentran bajo su influencia, sino para el propio perpetrador del abuso… es una forma amorosa de detener una conducta que lo primero que hace es perjudicar al propio abusador.

Ser firme, y corregir desde la paz sin actos punitivos

Es importante destacar que no se deben tolerar conductas que comporten tratos abusivos. No obstante si nos encontramos en la situación de corregir o prevenir estas conductas, es fundamental que se haga desde una actitud pacifica que no comporte actos punitivos. No hay razón para que no se pueda ser firme o actuar de manera que se detenga a los que cometen abuso tanto sea a nosotros mismos o a otros y hacerlo de forma no punitiva. Cuando recordamos la niñez o la adolescencia, valoramos de forma muy positiva a los adultos que fueran nuestros maestros o tutores, —bien fueran padres, familiares, profesores que se hicieron cargo nuestro—, y nos previnieron de cometer actos o desarrollar actitudes dañinas y lo hicieron sin emplear castigo ni represión. Todos hemos padecido el “daño” que las personas autoritarias nos infringieron y recordamos como nos decepcionaron. También reconocemos lo muy útil que fue cuando alguien nos corrigió y nos mostró como ser disciplinados sin ejercer sobre nosotros presión y experimentar el peso del castigo. Alguien que te ama tanto, que evita que cometas errores que serían dolorosos o impedirían tu aprendizaje en la escuela o en la vida. Cuando tus errores son corregidos sin que te castiguen, en un intento amoroso para que mejores y estar preparado adecuadamente cuando entres en el mundo de los adultos para que puedas desenvolverte mejor.

¿Por qué haces esto o aquello?, ¡el porqué es importante!

Como siempre, —dice Ken—, en este curso no hacemos referencia a la forma, sino al contenido, entonces lo importante es: ¿Por qué haces esto o aquello (cualquier cosa que hagas), el porqué es importante. Si sigues con una relación abusiva en la que se te pisotea constantemente, lo que estás haciendo y, el propósito oculto que tiene esta relación, es reforzar tu propia culpa y la culpa del otro. Resaltamos el pensamiento que esta detrás de una relación de abuso; el pecado exige sacrificio, Dios, Jesús o el Espíritu Santo quiere que seas castigado en una relación o situación y esa es la manera de “pagar por nuestros culpas” y liberarnos del pecado, en otras palabras tienes que sufrir; el dolor es la vía para expiar los pecados. Por supuesto esta forma de expiación no es la que el dios de Un curso de milagros propone ni tampoco Jesús o el Espíritu Santo piensan de ese modo, esta es la manera que el mundo piensa. Por lo tanto, en esta primera parte dedicada al abuso, repasamos la idea, de que uno puede salirse de una relación abusiva o detener a otro que practique abuso consigo mismo o los demás pero haciendo lo de forma amorosa. Esto sería practicar desde la mente correcta, así uno no permanece en una relación sintiendo culpabilidad o la deja impulsado por el enfado, sino que lo hace unido a la paz de Dios. Cuando uno de verdad pacíficamente llega a un acuerdo, entonces todos se benefician de la situación y de la interacción y nadie sale perdiendo o se siente perjudicado.

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