Ilusión.
El mundo es una ilusión.
Obviamente, todos creemos que existimos, todos creen que están sentados en este recinto escuchando a una persona que les está hablando, pero esa persona es tan inexistente como vosotros.
(Ver orden de publicación del taller)
Y el tema también lo es, porque ni siquiera hay un Curso sobre el que hablar. Esto tiene un significado literal, no es metafórico, no es un símbolo.
Jesús nos está diciendo que el mundo percibido es una ilusión, sino que el mundo es una ilusión, no una percepción errónea que hemos fabricado— lo que también es cierto—, sino que el propio mundo que percibimos erróneamente es una fabricación, e incluye al que lo percibe. En consecuencia, esta línea es tan amenazadora: «Y Dios piensa de otra manera».
Lo siento muchachos, están equivocados con respecto a todo
Las implicaciones son que todo lo que pensamos, todo lo que creemos, está equivocado pues se basa en que somos el sujeto.
Tenemos un sistema de pensamiento, de creencias acerca de otras cosas o personas, por ejemplo todos creemos saber por qué estamos disgustados, pero al principio del Texto, la lección 5 dice: «Nunca estoy disgustado por la razón que creo».
Es la manera en que Jesús nos dice: Dios piensa de otra manera. Hay una línea que nos pregunta: «¿Prefieres tener razón o ser feliz?» Bueno, todos queremos tener razón. Y no solo acerca de nuestras creencias, religiosas, políticas o de cualquier otra clase, también queremos tener razón acerca de quiénes somos, y la base de este Curso, la carga que lleva Jesús como nuestro Maestro, es que de esta manera no seremos felices.
La única manera de que seamos felices de verdad es saber que estamos haciendo un viaje que nos llevará más allá de este mundo, más allá de la existencia individual, que nos ayudará a despertar del sueño, que abramos los ojos y nos demos cuenta de que estamos en el hogar de donde nunca nos fuimos. Esto es lo que nos hará felices, para el Curso, el viaje del perdón. Todo lo demás es seudo-felicidad. Uno de esos aspectos son las relaciones especiales. Lo que hace Jesús prácticamente en cada página, aunque no lo notemos, es decirnos, lo siento muchachos, están equivocados con respecto a todo.
Esta es una batalla que nunca ganarás
He contado estas historias acerca de Helen muchas veces. Una tarde, Helen estaba ensañándose con alguien que no le gustaba, una supuesta maestra del Curso.
Estaba realmente enojada y disgustada con esta persona, también con Bill, lo cual era bastante corriente, y mientras regresabamos al Medical Center, Helen despotricaba, cuando de pronto me dijo:
«¿Sabes lo que acabo de escuchar? Eso (It en ingles que se usa para cosas, no personas, la palabra que ella usaba para denominar a Jesús) acaba de decir: ‘Esta es una batalla que nunca ganarás».
Es como decir: despotrica cuanto quieras, pero al final estás equivocada. Esta persona a quien atacas está en tu mente; la condenas y tratas de alejarla de tu vida, y resulta ser una contigo, si continúas atacándola en realidad te estás atacando a ti misma. Es otra manera de expresar que Dios piensa de otra manera.
Continua con: Dios piensa de otra manera (Ese fue el comienzo del fin para Helen)